Cuenta una leyenda que hace unos 2.500 años, en China, dos hombres fueron a ver un gran doctor llamado Bian. El médico les dijo que la única manera de aliviar su dolor era intercambiado sus corazones. Ellos aceptaron y bebieron una bebida con anestésicos que les hizo dormir por 3 días enteros en los que el doctor les realizó la cirugía, realizó el trasplante y les suministró medicación. Cuando se despertaron los dos se encontraban perfectamente y regresaron a casa. Al llegar a casa sus respectivas mujeres no los reconocían pues habían regresado a la casa del otro pensando que era la suya propia.
Ésta es una situación similar a lo que les ocurre a algunos de los receptores de trasplante de corazón.
A continuación os dejo un vídeo en el que cuenta la historia del cambio de personalidad un receptor y como lo analiza el caso un profesor de psicología y el doctor Stuart Hameroff cuya teoría es que el corazón humano almacena nuestros recuerdos, pues el corazón es el segundo lugar de nuestro cuerpo que tiene mayor número de neuronas.
Pero hablemos de estudios, el neurocirujano Paul Pearsall quien siguió varios casos en la vida real y que llevaron a la conclusión de que tanto el cerebro como el corazón contienen información importante sobre la vida de una persona. Según él la comunicación celular se produce en todo el cuerpo continuamente y puede ocurrir incluso después de que un órgano haya sido retirado de una persona y trasplantada a otra trasmitiendo asó la información a la memoria del receptor.
Aquí os dejo el enlace al estudio completo de Paul Pearsall y os invito a que lo leáis pues en el se describen los cambios reales de los receptores.
Añadir que actualmente se desconoce si éste tipo de memoria celular existe y si es posible que un receptor tenga recuerdos del donante fallecido. A pesar de que los casos citados en el estudio son reales aun que no se sabe hasta que punto están influidos por el hecho de conocerse unos a otros las familias de los donantes y de los receptores.
Pero hablemos de estudios, el neurocirujano Paul Pearsall quien siguió varios casos en la vida real y que llevaron a la conclusión de que tanto el cerebro como el corazón contienen información importante sobre la vida de una persona. Según él la comunicación celular se produce en todo el cuerpo continuamente y puede ocurrir incluso después de que un órgano haya sido retirado de una persona y trasplantada a otra trasmitiendo asó la información a la memoria del receptor.
Aquí os dejo el enlace al estudio completo de Paul Pearsall y os invito a que lo leáis pues en el se describen los cambios reales de los receptores.
Añadir que actualmente se desconoce si éste tipo de memoria celular existe y si es posible que un receptor tenga recuerdos del donante fallecido. A pesar de que los casos citados en el estudio son reales aun que no se sabe hasta que punto están influidos por el hecho de conocerse unos a otros las familias de los donantes y de los receptores.
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